Un lasur, al contrario del barniz, penetra profundamente en la madera y no forma capa, que deja un acabado de “poro abierto” regulador de la humedad de la madera y que facilita la salida del vapor de agua del interior de la misma.
Son ideales para madera en exteriores que están expuestas a grandes cambios medioambientales, la flexibilidad de sus resinas permite adaptarse a las variaciones dimensionales de la madera.